La raza de perros Doberman tuvo la mala fortuna de que alguien decidiera argumentar que tenían mal carácter, eran agresivos e incluso temibles asesinos, todo ello debido al extraño crecimiento de un hueso en su cabeza.
La sabiduría popular dedujo que los posibles comportamientos agresivos de ciertos perros de esta raza se debían a que, en determinado momento de la vida del animal, un hueso de su cabeza comenzaba a crecer hacia el cerebro, y esta acción punzante sobre la masa cerebral del animal provocaba un cambio de carácter, ademas de cierto comportamiento antisocial y agresividad.
Como casi siempre, la realidad es bastante distinta, y sencilla de explicar.
El Doberman tuvo su momento de gloria y de fama, cientos de ellos se veían por las calles, y cuando existen muchos animales de una misma raza, es más fácil que alguno de ellos pueda tener un comportamiento inadecuado. En realidad, como siempre y eso sí que lo debemos tener claro, es que el mal comportamiento de un perro no se debe a huesos punzantes, razas asesinas, etc. El mal comportamiento de un perro se debe única y exclusivamente a la ineficacia educativa del propietario
Los doberman son muy inteligentes y si se les educa correctamente son unos grandes perros. Eso de un hueso en la cabeza es una creencia antigua y sin fundamento.
Los doberman son lo mejor que hay idiotas