Los gatos contraen infecciones por toxoplasma al comer roedores, aves u otros animales pequeños infectados, o cualquier otra cosa contaminada, como las heces de otro gato. Todo ello conlleva que la toxoplasmosis contraída a través de los gatos sea una de las preocupaciones de todos sus dueños.
Después de que un gato ha sido infectado, puede convivir con este parásito dentro de su cuerpo durante un máximo de dos semanas. Después, el parásito puede vivir en el ambiente del hogar durante muchos meses y contaminar el suelo, el agua, las frutas y verduras, la caja de arena, o cualquier lugar donde el gato infectado puede haber defecado.
No existe ninguna evidencia de que esta infección pueda transmitirse de persona a persona. Sin embargo, una mujer embarazada sí puede transmitirla al feto.
Es una infección causada por un parásito microscópico llamado toxoplasma gondii. La toxoplasmosis es una enfermedad en general leve, pero puede complicarse hasta causar graves enfermedades a los humanos.
En las personas que tienen una inmunidad saludable, los organismos de toxoplasma permanecen en los tejidos del cuerpo como quistes que no se multiplican y no causan ninguna enfermedad. En las personas que tienen la inmunidad débil, el toxoplasma puede causar una enfermedad en el cerebro y en otros órganos del cuerpo.
Las personas con un sistema inmunológico saludable, sentirán los mismos síntomas o parecidos a los de la gripe, con inflamación de los ganglios de la garganta o dolores musculares que duran varios días. En raras ocasiones, la enfermedad afecta a la vista, pero puede que suceda.
Las personas con un sistema inmunológico debilitado, sentirán dolores fuertes de cabeza, confusión y fiebres altas. Además podrán sufrir convulsiones, náuseas y vómitos.
Los bebés infectados antes del nacimiento, al nacer no presentan ningún síntoma, sin embargo, muchos son propensos a desarrollar síntomas en el futuro. Éstos pueden incluir la pérdida de visión además de discapacidad mental. Por todo ello, la mujer embarazada tiene que poner remedio antes de que pueda infectarse, tanto antes del embarazo como durante él, para así evitar que al feto y a ella misma le pueda ocurrir.
Ser propietario de un gato no significa que vayas a ser infectado con el parásito. Los gatos por lo general no llevan el parásito en su piel, así que no porque el animal toque cualquier objeto y después lo vuelvas a tocar tú, quiere decir que te haya transmitido la infección.
Si tienes al gato en el interior del hogar, sin que puedan cazar o alimentarse de carne cruda, tiene muchas menos posibilidades de infectarse con toxoplasma.
En un sistema inmunológico saludable, los síntomas serán leves y suelen desaparecer en varias semanas o meses, y no suele necesitar tratamiento alguno. Sin embargo, para las personas con un sistema inmunológico más débil, su tratamiento será con sulfadiazina y pirimetamina. Usadas juntas son los medicamentos más comunes para tratar a la toxoplasmosis. Necesitará seguir tomando estos medicamentos indefinidamente puesto que solamente mantienen al toxoplasma bajo control y no lo matan. La terapia de dosis alta se continúa durante 4 a 6 semanas y, posteriormente, se lleva a cabo un tratamiento con una dosis más baja de mantenimiento.
En las mujeres gestantes, un tratamiento farmacológico temprano puede disminuir el riesgo de infección fetal o puede reducir la gravedad de la enfermedad si ya se ha transmitido la afección al feto. Los niños con toxoplasmosis congénita que presentan síntomas, deben recibir tratamiento con pirimetamina, sulfadiacina y ácido fólico.
se lo puede alimentar con croquetas para gato?